Capitulo 2 - La Secta del Loto Creciente

Rodeada de bosques yace la Montaña Verde, en la que se encuentra la Secta del Loto Creciente, la cual fue fundada hace cientos de años por la Maestra Selene, la Hechicera Lunar. Selene tenía una profunda conexión con la naturaleza y el misterioso poder del Loto Creciente. Ella dedicó su vida a perfeccionar su Arte Secreto y descubrió como desbloquear el potencial oculto de las criaturas a través de la sincronización con el flujo de la energía vital del mundo. Su mejor discípula fue Vespera, quién con los años sería conocida como Vespera la Sin Sentimientos, dado su carácter duro.

Cada discípulo sigue la filosofía del equilibrio y la armonía con la naturaleza. Creen que cada individuo lleva dentro una semilla de poder y que, a través de la meditación y el entrenamiento riguroso, ellos pueden despertar y desarrollar su verdadero potencial. Además, a pesar de ser cultivadores en extremo poderosos y temidos por otras Sectas, abogan por la no violencia y la compasión hacia todos los seres vivos. Sin embargo, eso no quiere decir que no impartan justicia si la situación lo requiere. Todo lo contrario, pareciera que separan sus sentimientos de sus acciones, haciéndolos temibles.

La Secta está organizada en varias capas jerárquicas. Al frente se encuentra la Gran Maestra Vespera, la líder suprema, quién es considerada una iluminada. Bajo ella hay varios Maestros Guardianes, cada uno a cargo de una región o área de influencia. Mientras que sus discípulos se dividen en Novicios y Discípulos Completos, quiénes se someten a pruebas y desafíos para avanzar en la jerarquía interna. Pero sea quién sea, sin importar su estatus, todos practican e intentan perfeccionar el Arte Secreto más poderoso conocido como El Despertar del Loto Creciente. Está técnica permite al Artista Marcial sincronizarse con el flujo natural del mundo y canalizar su Energía Interna para alcanzar un estado de armonía perfecta. Quienes logran dominarla pueden acceder a un poder increíble, como la capacidad de sanar heridas graves, moverse a grandes velocidades y manipular los elementos de la naturaleza con gran facilidad y gracia.

Sentada sobre un tranquilo lago, Elandra, La Guardiana de los Bosques está practicando El Despertar del Loto Creciente. Incluso si ya está en el Reino del Alma Iluminada, está técnica la ayuda con su claridad mental y en este momento, con su enorme ansiedad. "[¿Dónde se supone que estás Maestra de Secta?]" Pensó para si misma con angustia en medio de su meditación. Elandra es una Maestra Guardian y desde que Vespera salió, se han acumulado un montón de problemas en la Secta que ella no puede solucionar. Para los cultivadores, es bien sabido que el tiempo no es importante, ya que podrían estar meses u años meditando. Incluso se sabe que Grandes Maestros han pasado cientos de años haciéndolo. El problema es que Vespera se fue al Bosque de Alaria para avanzar en su cultivación y de eso ya han pasado siete años. "[¿Le habrá pasado algo? ¿Y si voy a buscarla? Pero me lo prohibió... ¡¿Demonios que esperas que haga?!]" Comenzó a maldecir lo que hizo que su meditación se alterara.

"¡Oye mocosa, concéntrate o dañarás tu base de cultivo!" Una voz ronca apareció en medio de los pensamientos de Elandra y para cuando abrió los ojos vio a un viejo con una expresión preocupada. Se trata de Theron, El Guerrero de la Espada Etérea, otros de los Maestros Guardianes de la Secta del Loto Creciente. Es el único de los guardianes que está en el Reino de la Fusión Celestial, lo que le da un estatus un poco más alto. Se le conoce por ser extremadamente estricto y riguroso con los discípulos.

"¡Estoy bien maldito anciano!" Espetó con una expresión molesta mientras se ponía de pie sobre el agua.

"Oh oh, ¿qué edad tienes como para llamarme a mi anciano?" Se largó a reír.

Elandra apretó los dientes enojada. "¿Qué haces aquí? ¿No tienes asuntos que atender?"

"Si, tengo que ocuparme de los discípulos que no saben meditar, justo como tú" Sonrió.

"No estoy para juegos Theron, es solo que..." Reveló una expresión de angustia.

"No te preocupes, la Maestra de Secta volverá pronto" Intentó consolarla.

"Han pasado siete años ya desde que se fue, ¿estará bien?" Frunció el ceño.

"Hizo todas las preparaciones antes de salir, te digo que no te preocupes mocosa". Sonrió.

"¡Tú..." Justo cuando iba a responder sintió una energía familiar en el cielo. Al siguiente instante liberó su Sentido Divino para investigar y poco después reveló una enorme sonrisa. "¡Es la Maestra de Secta!" Tan pronto como dijo eso, despegó sus pies del agua y salió volando a su encuentro, dejando atrás una estela de luz, sin poder ocultar su enorme felicidad.

"¿Hm?" Al igual que Elandra, Theron liberó su Sentido Divino, pero como su Reino de Cultivo es más alto, se dio cuenta de un detalle que ella pasó por alto. Vespera no venía sola. En sus brazos traía una criatura pequeña que emite una leve energía. El problema es que nunca había sentido algo así, es como si fuese algo fuera de este mundo, algo que no encaja con el equilibrio, ni con la armonía de la naturaleza. Al darse cuenta de esto su corazón se apretó y sintió miedo. Pero, ¿cómo es posible que un cultivador en el Reino de la Fusión Celestial sienta miedo? En Celesterra hay diez Reinos de Cultivo y Theron está en el Octavo, por lo que es muy extraño que sienta miedo. Y él lo sabe muy bien, es por eso que su corazón se apretó. "¿Qué traes contigo Maestra de Secta?" Murmuró preocupado sabiendo que las cosas cambiaran.

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