Capitulo 1 - Un Bebé de las Estrellas

En lo profundo del El Bosque de Alaria, Vespera controla su respiración mientras explora los misterios de la Energía del Mundo de su alrededor. Celesterra es un planeta nacido de la Gran Conflagración, un caos interplanetario ocurrido hace miles de años donde civilizaciones enteras se enfrentaron a la extinción y otras resistieron desesperadamente las terribles fuerzas desatadas. En ese entonces varios cuerpos celestes comenzaron a converger desencadenando un espectáculo aterrador en el cielo, relámpagos y tormentas cósmicas, destellos de luces energéticas y fuegos estelares que iluminaron el espacio como nunca antes se vio. Seguido por vientos huracanados y perturbaciones atmosféricas de proporciones apocalípticas. Quienes lograron sobrevivir, se enfrentaron a un mundo irreconocible, con climas alterados, cielos cubiertos de polvo y devastadoras consecuencias. Un recordatorio poderoso de la inmensidad y la imprevisibilidad del cosmos, donde la belleza y la destrucción pueden coexistir en un baile cósmico de proporciones inimaginables.

Producto de aquello, en Celesterra la coexistencia de distintas razas mágicas y asombrosas crean un entorno vibrante y diverso. Cada una tiene sus propias características únicas, culturas y tradiciones, y aunque pueden tener diferencias, también encuentran formas de convivir en armonía o en tensión, dependiendo del contexto. Aquí hay seres etéreos y elegantes que se conectan con la naturaleza, otros son muy hábiles artesanos y mineros con ciudades subterráneas excavadas en las montañas, también seres pequeños y juguetones llenos de energía y alegría, así como guerreros feroces y resistentes que viven en tierras salvajes. Además de criaturas majestuosas o endemoniadas según a quien pregunten.

Vespera, una hábil Arcanista Estelar, está sentada en medio del bosque con las piernas cruzadas en medio de un círculo mágico dibujado en el suelo lleno de símbolos y runas cósmicas que representan las estrellas y los planetas que desea invocar. Mezclando su propia Energía Interna con la Energía del Mundo, concentrándose para llamar a las fuerzas celestiales, la Esencia de las estrellas fluyó hacia el circulo. Cuando la energía fue estable, Vespera comenzó a mover sus manos en una secuencia rápida e imperceptible al ojo inexperto, formando sellos en el aire, haciendo que dicha energía fluyera hacia ella, estabilizando su Cultivo, preparándose para abrirse paso. La cultivación es un aspecto muy importante para Vespera, así como para casi todas las criaturas de Celesterra. Después de todo, la búsqueda de la iluminación es intrínseco en todos los seres pensantes. Alcanzar y superar los Cielos es el sueño de cualquier cultivador.

Sin embargo, en medio de la noche tranquila, Vespera de repente frunció el ceño ya que su meditación fue interrumpida por un espectáculo deslumbrante. Una brillante estela de fuego atravesó el cielo, dejando un rastro de luz titilante a su paso. "[¿Un Meteorito?]" Pensó para si misma mientras se ponía de pie intrigada, ya que tenía un tamaño considerable y descendía con una majestuosidad imponente y misteriosa. Rápidamente los pies de Vespera se despegaron del suelo y salió volando hacia el lugar donde poco después el meteorito cayó. Tal fue el impacto que una gran onda de choque se extendió por toda la región, la tierra tembló, los árboles vibraron y las rocas salieron disparadas en todas direcciones.

Allí, una enorme grieta se formó en el suelo y de ella emanó un extraño resplandor dorado, como si el meteorito trajese un poder desconocido. Vespera miró ansiosa por descubrir que secretos se ocultan dentro de esa extraña masa ardiente. Pero al acercarse sintió como una energía mágica fluyó a su alrededor, una energía antigua e intensa, diferente a todo lo que experimentó en su vida. Ni siquiera con su gran Reino de Cultivo pudo investigar adecuadamente, por lo que solo pudo esperar con algo de incertidumbre. "[¿Qué demonios es esa cosa?]" Se quejó en su corazón.

El tiempo pasó lentamente y a medida que el meteorito se enfrió, la superficie rocosa reveló intrincados patrones rúnicos y símbolos arcanos. Siendo una sabia y estudiosa en la magia, Vespera dedujo que no era algo común, sino una manifestación de una muy poderosa fuerza proveniente desde los confines del universo. Este descubrimiento la extasió, por lo que rápidamente agitó sus manos y pronunció un encantamiento, lo que hizo que los árboles circundantes perdieran algunas de sus hojas y estas danzaran en el aire, formando una especie de escudo verde alrededor suyo y del cráter, eliminando toda presencia de posibles extraños.

Entonces, sin quitar sus hermosos ojos de la roca ya fría, los patrones en su superficie brillaron antes de comenzar a resquebrajarse. Ya sin poder respirar Vespera vio algo increíble que cambiaría su vida para siempre.

Desde dentro del meteorito, apareció una figura completamente redondeada, brillante y cegadora, como si fuese una pequeña manifestación del mismo sol. Vespera se sintió indefensa frente a lo que estaba viendo, como si fuese una hormiga mirando hacia las estrellas. De repente, ya sin poder moverse, una luz dorada proveniente de la criatura la envolvió y sintió como su Energía Interna comenzaba a ser drenada. Presa del pánico, intentó reaccionar, pero no podía hacer nada, ni siquiera sus pensamientos fluían. En ese momento sintió el toque de la muerte. Sin embargo, después de un tiempo indeterminado, el miedo se transformó en felicidad ya que la luz que la envolvía se sintió cálida, como el abrazo de una madre amorosa. Esta sensación indescriptiblemente agradable y hermosa la hizo perderse de la realidad.

Pero pronto Vespera despertó de su cálido letargo ya que sintió que algo precioso dentro de su vientre le era arrancado. Cuando finalmente pudo reaccionar, vio como la criatura redondeada brilló con aún mayor intensidad que antes y luego comenzó a transformarse. Atónita, vio como un bebé dorado ahora flotaba en el epicentro del impacto, sin nada a su alrededor, incluso los trozos del meteorito habían desaparecido. Tampoco quedaban rastros del Escudo de Hojas que había activado. Era como si el bebé hubiese absorbido todo para nutrirse. Envuelto en un halo de luz, parecía estar dormido y completamente ileso por el poderoso impacto. "¿Lythir estoy en uno de tus sueños... ?" Incrédula le murmuró al Dios de los Sueños y la Imaginación, creyendo que estaba atrapada en una especie de trance y que nada de esto era real. Temerosa se acercó lentamente y descubrió que la piel del bebé es la que irradia un brillo dorado único. Además sintió que la energía mágica que fluye a través de él es diferente a cualquier cosa que haya experimentado antes.

"Un bebé de las Estrellas" Tan pronto pronunció esas palabras, la piel del bebé adquirió un tono normal y su pelo se tiñó de color verde, del mismo tono que el de Vespera, lo que hizo que en esta última brotaran sentimientos que nunca antes experimentó. En su corazón brotó un amor incondicional, un afecto y una ternura indescriptibles y una calidez infinita por ese bebé, como si ella misma lo hubiese parido. "No, no eres de las estrellas, eres mío". Diciendo eso lo tomó en sus brazos y lo acurrucó. Tan pronto lo hizo, sintió que todo el cansancio acumulado desaparecía. Vespera sonrió y supo que este bebé traerá grandes acontecimientos y cambios a toda Celesterra. "Bien, vamos a casa" Diciendo eso voló.

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